El concepto del “cuerpo perfecto” ha llevado a muchas
personas a vivir por y para cumplir el ideal impuesto, sin tener en cuenta que
se trata de una convención sociocultural que depende del contexto.
La 'perfección' física ha cambiado a lo largo de la historia y es que durante
todas las épocas han existido unos cánones de belleza específicos en donde
intervienen muchos factores, principalmente la sociedad y las modas. Las modas
son un factor que está directamente relacionado con la belleza, cambian como
cambia la percepción de la belleza.
Día
a día somos bombardeados con estereotipos de hombres y mujeres que interpretan
la perfección. Dicha perfección es la que ha impuesto la sociedad y a la que
gradualmente hemos sido todos sometidos. Esto significa que la mayoría de
hombres y mujeres, sobre todo adolescentes, luchan por asemejarse a ese
prototipo idealizado.
He
aquí un claro ejemplo de lo que podemos ser capaces, ¿increíble verdad?
La búsqueda de la
perfección física se ha convertido en uno de los objetivos de la sociedad
actual, como también podemos observar en este vídeo en el cual muestra el ideal
de mujer de manera excesiva.
Echando la vista atrás y
dando un paseo por la evolución del ideal de belleza de la mujer en el último
siglo muestra cómo ha ido cambiando esa concepción del cuerpo perfecto.
En este video que
mostramos a continuación podemos comprobar lo desde el Antiguo Egipto hasta el
presente, destaca los principales cánones a los que se ha visto sometida la
sociedad femenina.
El vídeo analiza los
rasgos que definieron a la mujer perfecta en los imperios egipcios, en la
Grecia Clásica, en la Dinastía Han china, durante el Renacimiento Italiano, en
la época Victoriana inglesa, en los años 20, durante la época dorada de
Hollywood, en los 60, en los Golden Eighties, durante el boom de las supermodelos de los 90 y en
la actualidad. A lo largo de tres milenios, así es como han cambiado cinturas,
pechos, piernas y rostros.
Y es que el cuerpo como
la mente hay que cultivarlo, pero no para lograr un estereotipo cambiante de
belleza, ni para autoesclavizarse, ni para competir con el mundo, tan solo hay
que atender el cuerpo para estar más sano y feliz. Un rostro feliz es un rostro
sano, y viceversa.
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