lunes, 1 de junio de 2015

El acoso


¿Qué os parecería, si cambiáramos el orden de las cosas? ¿No se os haría raro, cambiar los roles de género que actualmente existen? ¿Qué pasaría si los chicos  se comportaran como las chicas y viceversa? Quizás así nos daríamos cuenta de que algo está fallando, que algo no encaja… y podríamos llevar a la práctica cambios de acciones que actualmente se dan en el día a día.

Para empezar, y para que entendáis, os ponemos aquí un vídeo en el que veréis el mundo al revés: cómo se sentiría un hombre acosado en un mundo donde las mujeres son las que mandan. Cómo la sociedad responde al acoso femenino.
A pesar de que el vídeo sea ficticio,  los casos que se dan en el día a día hacia millones de mujeres no lo son. De todos modos, ver el acoso hacia un hombre no nos cuadra ¿verdad?



Veamos cómo sería ese mundo al revés:




Una vez visto el vídeo, pensemos, ¿qué es lo que ha llevado a la sociedad a este desastre?, ¿pensáis que algún día el vídeo podría dejar de ser ficticio?

Los estereotipos de género, también influyen a la hora de sufrir acoso, por eso no suele darse el caso del vídeo y sí es algo habitual hacia las mujeres. ¿Por qué?, muy sencillo, porque en nuestra sociedad occidental, y en muchas otras, los valores que giran en torno al género, están muy marcados, y son visibles, palpables. Esos valores de género se perciben todos los días, en las calles, en las casas, en los colegios, en los trabajos…en todas partes.
Estos valores, definen como que los hombres son la raza dominante, por las creencias de que son más fuertes que las mujeres y por lo tanto nosotras somos el sexo débil. Partiendo de estas creencias o valores, tenemos tan interiorizado nuestro rol de hombre y mujer, que no somos capaces de cambiarlo, aunque nos demos cuenta y no nos guste que nos piropeen por las calles, o nos hagan chistes machistas o cualquier acción de acoso que suframos. Porque los valores de género lo empapan todo, hombres y mujeres lo llevamos dentro. Así es muy difícil, acabar con el acoso que sufren las mujeres, es complicado encontrar la línea que separa lo gracioso del acoso.

Supone un esfuerzo muy grande para toda la sociedad cambiar estos valores, o mejorarlos. Pero quizás, quien sabe, con mucho tiempo y dedicación, y siempre a través de la educación, podamos en un futuro cambiar estos valores machistas que acaban con la vida de miles de mujeres a manos de hombres.


“Una sociedad con valores es aquélla que evalúa continuamente cuáles son los aspectos de las normas de una cultura a los que merece la pena atenerse y cuáles ya resultan obsoletos, no una sociedad monolítica e intocada.”
Parra (2012)

Si no es suficiente mediante la información que hemos aportado a lo largo de este Blog, quizás con este último vídeo (del acoso), como hombre puedas sentirte reflejado y entender más la situación que viven las mujeres, o por lo contrario si eres mujer puedes darte cuenta de lo asimilado que tenemos nuestro rol que hasta que no lo vemos en un hombre no nos impacta tanto.




El ideal perfecto y su evolución


El concepto del “cuerpo perfecto” ha llevado a muchas personas a vivir por y para cumplir el ideal impuesto, sin tener en cuenta que se trata de una convención sociocultural que depende del contexto.
La 'perfección' física ha cambiado a lo largo de la historia y es que durante todas las épocas han existido unos cánones de belleza específicos en donde intervienen muchos factores, principalmente la sociedad y las modas. Las modas son un factor que está directamente relacionado con la belleza, cambian como cambia la percepción de la belleza.


Día a día somos bombardeados con estereotipos de hombres y mujeres que interpretan la perfección. Dicha perfección es la que ha impuesto la sociedad y a la que gradualmente hemos sido todos sometidos. Esto significa que la mayoría de hombres y mujeres, sobre todo adolescentes, luchan por asemejarse a ese prototipo idealizado.

He aquí un claro ejemplo de lo que podemos ser capaces, ¿increíble verdad?




La búsqueda de la perfección física se ha convertido en uno de los objetivos de la sociedad actual, como también podemos observar en este vídeo en el cual muestra el ideal de mujer de manera excesiva.
Echando la vista atrás y dando un paseo por la evolución del ideal de belleza de la mujer en el último siglo muestra cómo ha ido cambiando esa concepción del cuerpo perfecto.

En este video que mostramos a continuación podemos comprobar lo desde el Antiguo Egipto hasta el presente, destaca los principales cánones a los que se ha visto sometida la sociedad femenina.


El vídeo analiza los rasgos que definieron a la mujer perfecta en los imperios egipcios, en la Grecia Clásica, en la Dinastía Han china, durante el Renacimiento Italiano, en la época Victoriana inglesa, en los años 20, durante la época dorada de Hollywood, en los 60, en los Golden Eighties, durante el boom de las supermodelos de los 90 y en la actualidad. A lo largo de tres milenios, así es como han cambiado cinturas, pechos, piernas y rostros.



Y es que el cuerpo como la mente hay que cultivarlo, pero no para lograr un estereotipo cambiante de belleza, ni para autoesclavizarse, ni para competir con el mundo, tan solo hay que atender el cuerpo para estar más sano y feliz. Un rostro feliz es un rostro sano, y viceversa.

miércoles, 22 de abril de 2015

ROLES DE GÉNERO



Los hombres y las mujeres tienen una experiencia histórica que es diferente y esta responde a la idea de un contrato social por el cual se diferencian los papeles en función del sexo… esta atribución diferente de papeles ha dado lugar a una sociedad estructuralmente sexista en la que vemos dos culturas diferentes, la femenina y la masculina, llamados role de género.

¿Qué es eso de los roles de género?
Cuando nos referimos al concepto de rol de género, se trata de una construcción sociocultural que analiza los comportamientos, actitudes, valores, símbolos y expectativas elaborados a partir de las diferencias biológicas que cada sociedad atribuye a mujeres y hombres, en función de sus características propias. Más claro, diríamos que se trata de una serie de normas sociales que generalmente son apropiadas para los hombres y las mujeres. Pero, ¿quién dictamina estos comportamientos? ¿Cómo se forman? ¿Cómo la sociedad los permite?

Como todos sabemos en pleno siglo XXI la desigualdad de las mujeres con respecto a los hombres, en determinados aspectos de la vida tanto en la economía, política y cultura, existe y se sigue dando. Tanto a las mujeres como los hombres les afecta y aunque no se den cuenta, deben de seguir las normas establecidas, inconscientemente.
Desde que somos pequeños, la familia, la escuela y los medios de comunicación se convierten en principales transmisores de imágenes y estereotipos que reproducen esta desigualdad de género. Sin darnos cuenta acabamos dando por normal este mundo heteropatriarcal en el que vivimos. En el cual la imagen que vemos a continuación, la vemos como algo normal, como algo que se da, como algo que vemos día a día.





Hemos llegado hasta el mismísimo punto de creer lo que se nos impone desde fuera y de asociar estas diferencias como discriminación. Pero, esto no tiene por qué ser así, podemos contribuir a que se comparta en igualdad de condiciones, el poder en la economía, en la sociedad que afecta al desarrollo de una mejor calidad de vida para ambas partes.

“No son los dos sexos superiores o inferiores el uno al otro. Son, simplemente, distintos.”

Debemos de reflexionar un poco sobre las funciones que la sociedad ha asignado a mujeres y hombres en función del sexo, reivindicando la igualdad de género como aquella que entiende la participación y el empoderamiento de mujeres y hombres en el ámbito público y privado, accediendo en igualdad de oportunidades a la toma de decisiones.






miércoles, 11 de marzo de 2015

"Princesas Disney"

“Con 80 años viajó a una zona inaccesible de Afganistán, a los 84 descendió en balsa por el Éufrates y a los 89 subió las montañas del Himalaya a lomos de una mula”.

 Si lees esta frase, ¿quién crees que es la persona protagonista de la historia?

 Muchas personas habrán pensado en un hombre "fuerte, valiente y decidido", cuando en realidad, los méritos le corresponden a Freya Stark (1893-1993), una exploradora y escritora británica.

La mayoría de las mujeres cuando somos niñas hemos leído algún cuento de hadas o princesas. Los cuentos  son lecturas que permiten y fomentan el desarrollo de nuestra imaginación, y también con los que se transmiten sutilmente estereotipos sobre mujeres y hombres con atributos definidos y muy específicos.

Y es aquí, con las princesas Disney el mensaje que queda en el inconsciente de la gran mayoría, es que las mujeres no tenemos identidad, y que tiene que venir, de donde sea, un príncipe azul a otorgárnosla, la mujer en estos cuentos sobresale por su paciencia, y sacrificio para los otros y nunca por su inteligencia.

Y sino fijaros en esta imagen...



Por lo general los padres están ausentes en la vida de las mujeres sin tener a alguien que les proteja, las quiera o las oriente en la vida.

Además siempre son perseguidas por mujeres “malas” y  finalmente “salvadas” por su príncipe azul, hombres valientes, guapos y fuertes.

El peligro de todo esto es que al soñar con el príncipe que las rescate, las mujeres esperan que se conviertan en realidad y pueden verse involucradas en relaciones frustrantes, o incluso de abuso y no valorar sus propias capacidades y logros.

Si os habéis dado cuenta las únicas protagonistas de los cuentos somos las mujeres y sino mirad esta imagen:



Por todo ello, ¡se necesitan cambios! ¡Romper con los estereotipos! En la actualidad, algunos cuentos han intentado romper con esos estereotipos, mostrándonos en “Mulan”, a una protagonista que se hace pasar por hombre para salvar a su dinastía. La princesa “Fiona” en “Shrek” rompe con el estereotipo de que todas las princesas tienen que ser bonitas, y más recientemente en el cuento de “Valiente”, “Mérida”, la protagonista, es una impulsiva y experta arquera que lucha contra los esfuerzos de su madre, quien trata en vano de convertirla en una princesa modelo.

Afortunadamente, cada vez más mujeres estamos  luchando por romper los estereotipos de género, desarrollando un modelo libre en el que nos valemos por nosotras mismas.


Estando convencidas de que no dejamos de ser mujeres si no tenemos una pareja al lado o si no somos madres, y que podemos desarrollar nuestros sentidos de identidad, autoestima, independencia y autonomía, tomando así las riendas de nuestras vidas.

Ya es hora de ir cambiando el acostumbrado final feliz de los cuentos “y vivieron por siempre felices”, por la posib
ilidad de que el día a día de las mujeres sea vivido con respeto y dignidad. 


miércoles, 4 de febrero de 2015

Cánon de belleza femenino


“El mundo y la belleza entrañan mucho más de lo que la publicidad quiere mostrar”
¿Veis a esta mujer?



Pues bueno, se llama Esther Honig, periodista independiente radicada en Kansas City, envió una fotografía de sí misma sin retoques a más de 40 aficionados de Photoshop en todo el mundo. “Hazme hermosa”, dijo, con la esperanza de poder revelar cómo difieren los parámetros de belleza en varias culturas.

¿Cómo creéis que influye la cultura en los estereotipos de género?

Sorprendente o no,  podemos apreciar que dependiendo del país cada fotógrafo retoca a la mujer según su propio criterio, que en algunos casos es compartido con la comunidad y en otros con su propia manera de ver la belleza femenina.
“El color de los ojos, la ropa, el pelo e incluso el tono de su piel fueron sometidos al bisturí digital de los diferentes artistas gráficos del mundo. Como era de esperar, la Honig pakistaní, la Honig serbia y la Honig filipina son enormemente diferentes.”

Según Honig, “Esto es lo que he aprendido de este proyecto: Photoshop nos permite alcanzar nuestros inalcanzables estándares de belleza, pero, cuando comparamos dichos parámetros a nivel mundial, el ideal de belleza es cada vez más inalcanzable”
¿Flipáis verdad?




Pues aún más sorprendente es lo que encontramos, ¡mirad!...

En Asia por ejemplo una mujer bella debe ser de estatura pequeña o mediana, no demasiado alta y su piel debe ser lo más blanca posible.

En la tribu Karen de Tailandia, las mujeres alargan sus cuellos artificialmente con anillos dorados, cuanto más largo es el cuello de una mujer más bella se la considera. Si se quitan el collar fallecen en el acto, ya que sus vértebras están rotas por alargar artificialmente el cuello.

La belleza en África cuenta con múltiples variables. En la mayoría de los pueblos de africanos, especialmente entre los masai, la mujer es más bella cuanto más rapada lleve la cabeza, al contrario que los hombres, que en muchas tribus africanas luces melenas trenzadas. La costumbre de rapar la cabeza femenina proviene de una tradición según la cual el hombre que le corte un mechón de pelo a una mujer será su dueño de por vida.

En Nigeria, las mujeres acuden a centros de obesidad para poder ganar kilos antes de casarse, ya que esto indica un elevado estatus social.

En Latinoamérica, también el modelo estético es distinto aunque está cambiando debido a la globalización. La mujer es muy femenina, de piel canela y cabellos largos sin importar el volumen de su culo.

En Norteamérica los patrones estéticos son los de la belleza anglosajona y escandinava, origen de la mayoría de los emigrantes de los que descienden los actuales americanos. A pesar de sus estrictos patrones estéticos son uno de los países con mayor índice de obesidad.

En Europa también el modelo de belleza occidental es el más común, aunque de manera mucho más relajada sobre todo para las mujeres, a las que ya no se les exige ser tan jóvenes ni tan delgadas.

¿Qué opináis?
Nosotras somos como supongo lo seréis muchos, partidarias de la belleza al natural siendo una mujer sin artificios, con sus virtudes y sus defectos, donde se muestra una mujer más madura, sincera y adulta.