“Con 80 años viajó a una zona inaccesible
de Afganistán, a los 84 descendió en balsa por el Éufrates y a los 89 subió las
montañas del Himalaya a lomos de una mula”.
Si lees esta frase, ¿quién
crees que es la persona protagonista de la historia?
Muchas personas habrán pensado en un
hombre "fuerte, valiente y decidido", cuando en realidad, los méritos
le corresponden a Freya Stark (1893-1993), una exploradora y escritora británica.
La mayoría de las mujeres cuando somos
niñas hemos leído algún cuento de hadas o princesas. Los cuentos son
lecturas que permiten y fomentan el desarrollo de nuestra imaginación, y
también con los que se transmiten sutilmente estereotipos sobre mujeres y
hombres con atributos definidos y muy específicos.
Y es aquí, con las princesas Disney el mensaje que queda en el
inconsciente de la gran mayoría, es que las mujeres no tenemos identidad, y que
tiene que venir, de donde sea, un príncipe azul a otorgárnosla, la mujer en
estos cuentos sobresale por su paciencia, y sacrificio para los otros y nunca
por su inteligencia.
Y sino fijaros en esta imagen...
Por lo general los
padres están ausentes en la vida de las mujeres sin tener a alguien que les
proteja, las quiera o las oriente en la vida.
Además siempre son perseguidas
por mujeres “malas” y finalmente
“salvadas” por su príncipe azul, hombres valientes, guapos y fuertes.
El peligro de todo esto es que al soñar con el príncipe que las rescate, las
mujeres esperan que se conviertan en realidad y pueden verse involucradas en
relaciones frustrantes, o incluso de abuso y no valorar sus propias capacidades
y logros.
Si os habéis dado
cuenta las únicas protagonistas de los cuentos somos las mujeres y sino
mirad esta imagen:
Por todo ello, ¡se necesitan
cambios! ¡Romper con los estereotipos! En la actualidad, algunos
cuentos han intentado romper con esos estereotipos, mostrándonos en “Mulan”, a
una protagonista que se hace pasar por hombre para salvar a su dinastía. La
princesa “Fiona” en “Shrek” rompe con el estereotipo de que todas las princesas
tienen que ser bonitas, y más recientemente en el cuento de “Valiente”,
“Mérida”, la protagonista, es una impulsiva y experta arquera que lucha contra
los esfuerzos de su madre, quien trata en vano de convertirla en una princesa
modelo.
Afortunadamente, cada vez más mujeres estamos luchando por romper
los estereotipos de género, desarrollando un modelo libre en el que nos valemos
por nosotras mismas.
Estando convencidas de que no dejamos de ser mujeres si no tenemos una
pareja al lado o si no somos madres, y que podemos desarrollar nuestros
sentidos de identidad, autoestima, independencia y autonomía, tomando así las
riendas de nuestras vidas.
Ya es hora de ir cambiando el acostumbrado final feliz de los cuentos “y
vivieron por siempre felices”, por la posibilidad de que
el día a día de las mujeres sea vivido con respeto y dignidad.